22.4.24

Oti Corona. Ahí te pudras

Mis amigas y yo no somos malas. Retorcidas, quizás. Y rencorosas, según se mire. Pero no malas. Si fuera una mala persona no sentiría la necesidad de redactar estas líneas, que en ningún caso escribo para justificarme por haber descargado mi ira sobre quien no tenía posibilidad de defenderse. En ocasiones necesito escribir para establecer un orden entre hechos y emociones, y tal es el único objeto de este texto. No lo tomen, pues, como una treta para evadir mi responsabilidad. Yo responderé frente a quien sea, en vida, aunque dudo que llegue a darse el caso, o después de mi muerte, en el Juicio Final. Mi completa alegría, mi falta de pudor y de miedo, mi absoluta ausencia de remordimientos, mi dicha sobrevenida, solo a mí me atañen y, si ello ha de llevarme al infierno, que así sea.


Principio de "Ahí te pudras"
uno de los cuentos del libro "Fatal, gracias"
    

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