Soy una sombra diminuta
entorpeciendo la vasta cavidad del tiempo.
Y mis deseos son los rasguños
que florecen en la pared fecunda
de su vientre de húmedo barro.
Un destello de soles, instantáneo,
ciego, será mi cuerpo.
Y no habrá quien me recuerde,
a mí, polvo de luz, dorado y muerto.
De "Palabra nueva"
En "La Estación de Fiebre y otros amaneceres"
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