16.8.24

Eibhlín Dubh Ní Chonaill. XXVII

XXVII

Oh, mi amigo, mi ternero!
Anoche tuve unas ensoñaciones nebulosas,
al dar la medianoche en Cork,
mientras yacía despierta.
Sola, soñé que
nuestro deslumbrante hogar encalado se desplomaba, 
todo el Gearagh se marchitaba,
sin que se oyera ni un solo gruñido de tus sabuesos,
ni el dulce gorjeo de los pájaros, 
como cuando te encontré 
en el suelo de aquella montaña,
sin sacerdote ni clérigo
que te acompañara, solo la anciana arrugada
que dobló su manto sobre tu cuerpo.
Aquella tierra se aferró a ti con fiereza,
querido Art Ó Laoghaire,
mientras tu sangre manaba a chorros
empapando tu camisa sin piedad. 


Del "Caoineadh Art Uí Laoghaire
(Lamento por la muerte de Art Ó Laoghaire)"
en el libro "Un fantasma en la garganta" de Doireann Ní Ghríofa
    

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