A Carmen Conde
En el corazón del aire
una azucena de sangre.
Por el mar van barcas negras.
Nadie sabe adónde van.
Sus marineros no cantan.
Dicen que muertos están.
En el corazón del aire
-qué bien lo siento latir!-
una azucena de sangre.
De "Canciones de mar y tierra"
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