23.10.24

Mariana Enríquez. Las cosas que perdimos en el fuego

La primera fue la chica del subte. Había quien lo discutía o, al menos, discutía su alcance, su poder, su capacidad para desatar las hogueras por sí sola. Eso era cierto: la chica del subterráneas sólo predicaba en las seis líneas de tren subterráneo de la ciudad y nadie la acompañaba. Pero resultaba inolvidable.


Principio de "Las cosas que perdimos en el fuego"
    

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