Tan jóvenes como hasta ahora
Mientras a medianoche en la torre de la sien bate la muerte
Bajando rojos párpados sobre pozos de ceniza?
Seremos también en la muerte vulnerables
Y acaso ni entonces comprendamos
El sentido de esa palabra aplastante
Que se revuelve entre absurdos mandatos?
Siempre jóvenes y bellos,
Siempre turbados por miradas indiscretas,
Seremos siempre en otro altar sacrificados
Y siempre sin hogar, en ninguna parte?
Inclínate en mi brazo cuando haya fallecido,
De la ley ancestral acepta el precio.
A cambio se nos ha concedido
La fortuna de ser pareja.
*La última estrofa está inscrita en la lápida de su marido, Romulus Rusan.
De "El sueño dentro del sueño y otros poemas"
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