Este nuevo mundo pesa un attogramo. Sin embargo, todo tiene un tamaño experimental: es invisiblemente diminuto o ambiguamente inmenso. Hay en él hojas que han crecido como ciudades y pájaros que anidan en la concha de un berberecho. Huellas de garras de largos dedos, profundas como pesadillas, salpican la blanca arena y hay charcas rocosas en los huecos de manos surcadas por aletas de peces invisibles.
Principio de "Planeta Azul"
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