Calma, alma mía, sé firme.
Tanto la tierra como el cielo aún miran
aunque el tiempo se desagüe en el reloj,
y tu paso, que era seguro y rápido,
sea de pronto lento.
Bien está que vayas, lenta, mas deja
al corazón jugar aún su auténtico papel.
Ama aún como solías, hondamente
y sin paciencia. Que Dios y el mundo
conozcan tu gratitud.
Sepan que el don se ha concedido.
De "Alegría"
("Felicity")
En "Devociones"
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