12.4.25

May Sarton. Conocí un fénix. Retazos para una biografía

«En casa de mi padre...», empezaba a contar mi padre envuelto en una enorme sonrisa. Conforme envejecía, después de que muriera mi madre, sus recuerdos de aquella casa sombría situada justo delante de la iglesia de San Miguel de Gante adquirieron una pátina muy fecunda. Cuando me sentaba frente a él cada domingo en su casa de Cambridge, Massachusetts, para nuestro ritual de la cena, saboreaba la breve pausa mientras la sombra de alguna vieja gloria iba cobrando forma en su cabeza. Podía oír el sonido de las hierbas troceándose para la sopa en la lejana cocina, puesto que en casa de mi abuelo esa era la señal más segura de que la cena estaba a punto de servirse. Podía ver la larga mesa dispuesta para doce comensales, los panecillos envueltos en turbantes de damasco en cada silla, las copas de vino alineadas junto a las flûtes para el champán del postre. (De todo ese ejército resplandeciente, solo una sobrevivió a la guerra de 1914, una de cristal verde con tallo largo.)


Principio de "Conocí un fénix"
     

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