en la luna impasible del espejo,
siento como me duele su reflejo
tan fiel a mi verdad enajenada.
Esta forma que late y se rebela,
un tiempo fue de amor y fue de vida;
y aún hoy, que huellas saben de su huida,
queda una voz para su luz en vela.
Pero un día vendrá el irremediable
que a este espejo me asome, ya acabada.
Y la raíz de fuego insobornable
que crece en mi interior, aún no saciada,
conmoverá la cárcel indomable
con su llanto de ruina abandonada.
(Del libro "Medida del tiempo")
En "Mujeres del 27. Antología poética"
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