tan sólo por amor. No digas nunca
"la quiero por su risa... por su mirada...
por su modo de hablar siempre tan dulce...
o por su pensamiento tan parecido al mío
que nos trajo aquel día tanta serenidad".
Estas cosas, amado, nunca son inmutables:
amor que así se forja puede quedar en nada.
No me ames tampoco por pura compasión
al enjugar mis lágrimas: cualquiera
teniendo tu consuelo olvidarse pudiera
incluso de llorar, y así perder tu amor!
Ámame por amor, tan sólo por amor
para seguir amando toda una eternidad.
De los "Sonetos de la portuguesa"
No hay comentarios:
Publicar un comentario