1.6.11

Elizabeth B. Browning. XIV

Si has de amarme, deja que sea por nada,
tan sólo por amor. No digas nunca
"la quiero por su risa... por su mirada...
por su modo de hablar siempre tan dulce...
o por su pensamiento tan parecido al mío
que nos trajo aquel día tanta serenidad".
Estas cosas, amado, nunca son inmutables:
amor que así se forja puede quedar en nada.
No me ames tampoco por pura compasión
al enjugar mis lágrimas: cualquiera
teniendo tu consuelo olvidarse pudiera
incluso de llorar, y así perder tu amor!
Ámame por amor, tan sólo por amor
para seguir amando toda una eternidad.

De los "Sonetos de la portuguesa"
  

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