A los dieciséis años salió de Saint-Paul, creyéndose el centro del mundo. Pero el mundo resultó distinto a todo lo que ella aprendió a temer o amar. Ojeando su cuaderno escolar, podía evocar nueve años largos casi inútiles de internado. El cuaderno tenía tapas rojas, y en la primera página había escrito, con letra grande y picuda:
Nombre: Soledad Roda Oliver.
Nombre: Soledad Roda Oliver.
Principio de "Luciérnagas"
No hay comentarios:
Publicar un comentario