Pensión Doering
Múnich
11 de abril de 1937
Querida Boud:
Muchas gracias por tu carta, me ha alegrado mucho recibirla.
En cuanto a los sentimientos de Esmond por los fascistas (en realidad yo prefiero que me llamen nacionalsocialista, como bien sabes) te voy a explicar lo que pienso, y de verdad no veo motivos para que él piense distinto. Odio a los comunistas, de la misma manera en la que él odia a los nazis, y jamás se me ocurriría -ni tampoco querría- hacerme amiga de un grupo de comunistas si no hay una necesidad que lo justifique, pero no entiendo por qué, aún siendo enemigos en lo político, no podemos ser amigos en un ámbito personal. Evidentemente una no puede separar sus creencias políticas de su vida privada, como sabes el nazismo es mi vida y desprecio esa democrática, liberal y conservadora idea inglesa de que uno puede caminar codo con codo con sus enemigos considerando que la política no es más que un negocio o un pasatiempo. Pero lo que sí creo es que los vínculos familiares marcan una diferencia. Después de todo, nuestra violenta oposición no nos ha impedido a ti y a mí mantener una buena amistad. Mi actitud en cuanto a Esmond es la siguiente -y espero que él tenga la misma actitud con respecto a mí-; evidentemente no dudaría en pegarle un tiro para defender mi causa si fuera necesario y pienso que él haría exactamente lo mismo conmigo, pero mientras tanto, dado que eso no es necesario, no veo ningún motivo para que no seamos amigos, no te parece? Me gustaría conocer su opinión.
De "Las Mitford. Cartas entre seis hermanas"
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