cada uno por sí
el camino estrecho
por encima de las cabezas de los muertos
-casi sin miedo-
al compás de nuestro corazón,
como si estuviésemos protegidos,
mientras el amor
no nos abandona.
Así andamos
entre mariposas y pájaros
en un equilibrio asombroso
hacia una mañana repleta de copas de árboles
-verde, dorada y azul-
y hacia el despertar
de los ojos amados.
De "Manzano y olivo"
En "Poemas"
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