5.10.18

Ann Beattie. Paseando con hombres

En 1980, en Nueva York, conocí a un hombre que me prometió que cambiaría mi vida si le daba permiso. Éste fue el trato: él me lo contaría todo, todo, con la condición de que quedara en el anonimato, de que nadie supiera que había una relación entre nosotros. En un principio, el acuerdo no parecía gran cosa, pero mi intuición me dijo que él sabía cosas sobre la mentalidad de los hombres que yo ignoraba. Y, por aquel entonces, creía que comprender a los hombres me enseñaría a construir mi propia vida. Me gustó la idea de que nadie supiera que había algo entre nosotros: ni la universidad en la que él daba clases ni la revista para la que yo trabajaba. Ni mi novio, que estaba en Vermont,
   -Tú me das información y yo, qué te doy?
   -Me prometes que nadie podrá seguirme el rastro. Te explicaré todo lo que quieras saber de los hombres, pero no puedes decirle a nadie que soy tu fuente de información.


Principio de "Paseando con hombres"
     

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