Cualquiera podía ver la pantalla electrónica. Daba más miedo que la que nunca paraba de calcular la deuda nacional. Ésta decía: FALTAN 27 DÍAS DE COMPRAS PARA NAVIDAD.
Lo mismo podía haber dicho: FALTAN 27 DÍAS DE COMPRAS PARA EL APOCALIPSIS. El frenesí era idéntico: la precipitación para comprar un montón de cosas que ni necesitabas ni podías permitirte. Cosas tan poco deseadas que se daban como regalo, esa extraña palabra, un significante que significa "decepción que se puede sostener en la mano".
De "La primera Navidad de O'Brien"
En "Días de Navidad"
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