Manises es una de esas calles que, sin que se sepa bien por qué, en Madrid como en cualquier otra ciudad, han ido cobrando una apariencia de abandono, de lugar poco transitado, y habitado, tal vez, por personas situadas al margen del tiempo. Está encerrada entre vías más anchas y conocidas, en el seno del barrio de Chamberí. Participa de ese sabor a clase media de los años treinta y cuarenta, de ese inconfundible olor y colorido que los comerciantes de ultramarinos, los taberneros y los traperos dejan en el aire y que conforman el espíritu del barrio, pero al estar algo apartada del núcleo del bullicio resulta un extraño enclave de tranquilidad y sosiego.
Principio de "Días del Arenal"
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