18.5.21

Christina Rossetti. Culminación

   Duerme, pena constante, duerme un poco,
deja siquiera un rato para fingir que olvido;
que restañen la herida tus impacientes dedos
porque pueda de nuevo mirar en torno mío.
   
   Y sonreír al sol; que no perturben lágrimas
el gozo de esta hora, que no espinas conscientes
abruman mi camino; duerme, oh dolor, aún
un instante; no dejes que se excite el mortecino fuego.
   
   Así despertarás con renovado aliento,
oh, pena inalterable, atizarás de nuevo
las llamas que dormían, el calmado dolor será mudado
   
   En aguda tortura, en sutil filo.
Rómpese al fin la cuerda tensa; bajo la cuña
gime el roble robusto y cae rendido al fin.


De "Florilegio"
    

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