20.12.19

Denise Levertov. Para los ciegos

Escuchen: El viento en las hojas nuevas
susurran más suaves que las yemas de los dedos,
que la seda que suaviza las yemas.

Cuando los videntes
hablamos de blanco tal vez queramos decir
silencio de un frío melancólico, que el invierno
-no importa cúan cálidos los cuartos-
nos espera en la puerta.
(Aunque hay otra blancura,
más como la ingravidez de un copo de nieve,
de un pétalo, paja de pino...)

Cuando decimos negro tal vez queramos decir la persistencia
del viento frío sin esperanza y con furia
arrasando y arrasando las ramas peladas.
(Aunque existe otra negrura,
redonda y llena como notas de cello y tambor...)

Pero esto:
esta agitación, vivaz y delicada
que se susurra sola
                   acariciando nuestra carne
            cuando las hojas son pequeñas y húmedas
                   y el viento nos mira
es verde. Verde claro, no ingrávido,
Leve.



En "De la nieve, los pájaros"
    

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