se deslizan las barcas de los amantes a obscuridad traviesa,
separándose, encontrándose, separándose silentes.
Y yo remaba a solas en mi barca.
Presagios de noche exhalaba el bosque en la orilla,
melancólicas nubes rojas.
No sé, la verdad, a qué más vida.
Hoy sentí más cercana que un ser humano la sombra de una hoja
y las olas lloraban en mí su desamparo.
Más cerca que a un ser humano las sentí.
Todo eso lo he vivido: nubes, hojas, agua.
A qué, pues, más vida.
Los siento inefablemente lejos.
De "Mi hora"
En una Antología poética
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