siempre con la secreta sospecha de que, aun siéndole muy útil, casi imprescindible la lectura de esos libros, no es ése, sin embargo, para ella el mejor camino de acceso al conocimiento, de que ha aprendido más acerca de la humana condición en un relato, una obra de teatro, un poema, que en un largo encadenamiento de conceptos abstractos y a veces enojosos: mejor El extranjero o Calígula que El ser y la nada.
De "Con la miel en los labios"
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