8.9.20

Colette. Nunca he sabido llorar con decencia...

Nunca he sabido llorar con decencia, facilidad y ternura. Las lágrimas me resultan tan crueles como la náusea, me hinchan la nariz, me estiran la boca en cuadrado, me queda, por añadidura, dolor de costado y unos horribles ojos hinchados y ensombrecidos.


De "Mis aprendizajes"
    

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