Y luego, por la noche, me despierto, y no soy
capaz de recordar cómo conocí a mi ex,
y pienso: dejé entrar a un desconocido
a mi vida. Luego recuerdo que nos conocimos
en una fiesta, era el amigo de un amigo de un amigo: todos
estudiantes de medicina que, a mis ojos, daban la impresión,
aquellos días, de estar garantizados y asegurados.
Pero no lo conocía a él. De repente entiendo
que mis padres fueron para mí dos desconocidos:
como una pareja de la calle, los dejé entrar,
en una oleada de alquimia, a las células
de mi cuerpo y mi cerebro, les di una existencia nueva,
no sabía quiénes eran, no me lo creí,
no quería conocerlos, quería que fueran desconocidos,
no quería verlos: y a mi pareja elegida,
no podía, o no quería, conocerla, y
no podemos amar lo que no conocemos, o no
podemos amarlo suficientemente bien. "Lo que
bien amas permanece, el resto es escoria
Lo que bien amas no te será arrebatado
Lo que bien amas es tu verdadera herencia".
De "Arias"
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