Viernes, 6 de agosto
Sin embargo, hay que volver a empezar. Es extraño que, a pesar de mi verbosidad, esa manía por la expresión que me es congénita, apenas pueda decir nada sobre la muerte de Julian; me refiero a estos últimos 10 días en Londres. Pero hay que volver a meterse en la corriente. Esto ha sido una fractura total; casi un espacio en blanco, como un golpe en la cabeza: un descalabro. La llegada al n° 8 [Fitzroy Street, el estudio de Vanessa] aquella noche y luego, todas las otras veces que permanecimos allí sentados.
En "El diario de Virginia Woolf. Vol. V (1936-1941)"
No hay comentarios:
Publicar un comentario