He de empezar con unas palabras sobre androginia. En la escuela primaria, en quinto y sexto curso, estábamos todas tiranizadas por una rígida serie de normas que determinaban teóricamente si éramos chicos o chicas. El episodio de Huckleberry Finn en el que Huck se disfraza de chica y se delata por la forma en que enhebra una aguja y coge una pelota... ese tipo de cosas. Aprendimos que la forma en la que te sentaras, cómo cruzaras las piernas, sujetaras el cigarrillo y te miraras las uñas, la forma de hacer estas cosas instintivamente era prueba absoluta de tu sexo.
De "Ensalada loca"
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