6.9.24

Marianne Wiggins. Las propiedades de la sed

La primera
propiedad de la sed es 
la sorpresa


No puedes salvar lo que no amas.
   
eso ya lo sabía él. Por Dios, lo había aprendido desde la cuna, en casa de su padre, en el regazo de alguien cuyo desmedido amor por el dinero caía a raudales como agua bendita sobre todos los aspectos de sus vidas. Si quieres mantener algo vivo (como este negocio, hijo mío), tienes que quererlo con todas tus fuerzas. Nadie ha hecho jamás fortuna con la leche de la bondad humana. Sed. Debes proponértelo, debes tener perseverancia, independencia, aguante.


Principio de "Las propiedades de la sed"
     

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