6.6.23

Maxine Kumin. Reaprendiendo el idioma de abril

Donde este hombre recorre sus campos,
los sauces hacen pliés con verdes cordones,
vuelan pestañas de los blancos ciruelos,
los escuálidos olmos comienzan a abrir sus armazones.

Cuando él pasa, liviano con la mañana,
los terriers, enterrados hasta el rabo en una cueva de marmotas
estallan para seguirlo,
las ardillas chirrían como cardenales.

Cinco ponis de orejas alertas
se levantan de su serio masticar.
Las condenadas vacas, mostrando
sonrisas inteligentes, se dan la vuelta.

Por millas a la redonda, los campos arados
sueltan una dulce rancidez
tibia como la esperma.

Me tiro en la gorda falda del mediodía
oyendo las quejas de las palomas.
A lo lejos, un tartamudeo de gansos tocan alarmas.

Una vez más, cuerpo. Vieja Pintada,
cómo pudiste engañarme así
en los despreocupados brazos de la primavera?




En "De la nieve, los pájaros"
     

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