21.10.23

Luisa de Carvajal y Mendoza. Sentimientos de ausencia

Dulce y fiel esperanza,
mi Cristo, mi Señor, y mi deseo;
qué bienaventuranza,
qué gusto o qué recreo
podrá para mí haber donde no te veo?
Encerrado en mi pecho,
de ausencia y del amor fuego tan fuerte 
me ha puesto en tal estrecho, 
que un punto de no verte
me es de mayor dolor que el de la muerte.
Porque sin ti mi vida
queda, cual la del pez, sin su elemento,
hasta que socorrida 
de tu presencia, siento
vuelto en deleite y gloria mi tormento.
Baste, mi bien, te ruego
no te tardes ya más en socorrerme,
pues ves, Señor, que llego
a un extremo, que en verme
se juzgará que vas a deshacerme.
Rompe esta tenebrosa 
nube, que de mil modos me atormenta,
con tu vista gloriosa,
y apaga la sedienta 
congoja que me aflige y desalienta.
Que cuando reverbera 
la rutilante luz de tu hermosura,
mi Invierno en Primavera 
se trueca, y su secura 
en dulce y amenísima frescura.


En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVI"
    

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